Pont de Molins, en pleno Alt Empordà, es un pequeño pueblo que guarda siglos de historia entre sus calles. Desde los primeros asentamientos del Neolítico, pasando por la huella de íberos y romanos, hasta épocas marcadas por conflictos y saqueos, este lugar ha sido testigo de muchos capítulos a lo largo del tiempo. Hoy, sin embargo, el ambiente es totalmente tranquilo.

Rodeado de campos de cultivo y naturaleza, Pont de Molins invita a pasear sin prisas y dejarse sorprender por su encanto rural. Es un destino perfecto para quienes disfrutan de los pueblos auténticos, lejos del bullicio turístico. Si buscas una escapada para desconectar, descubrir historia y relajarte en un entorno acogedor, este rincón de L’Alt Empordà es una apuesta segura.

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