Si te apetece una escapada con buenas vistas y aire puro, Canet d’Adri es una opción ideal. Este rincón de El Gironès te abre las puertas al macizo de Rocacorba, perfecto para hacer senderismo y desconectar del ruido.
La subida al santuario de la Mare de Déu de Rocacorba, a casi 930 metros, es toda una experiencia. En lo alto, el templo se asoma sobre una gran roca y regala panorámicas increíbles: el Canigó, el Montseny, el cabo de Creus, las islas Medes… ¡una postal!
Si te animas a explorar más, hay caminos entre encinas, fuentes escondidas y rincones volcánicos como la colina de la Banya del Boc Un plan redondo para respirar, moverte y disfrutar del paisaje.