Si buscas un rincón con encanto en L’Alt Empordà, Albanyà te va a sorprender. La mejor forma de entrar es por su antiguo portal medieval, un arco de piedra del siglo xii, declarado Bien de Interés Nacional. Al cruzarlo, encontrarás un pueblo pequeño pero lleno de alma: callejuelas de piedra, construcciones con siglos de historia y un ambiente que invita a pasear sin prisas.
En el centro se alza su iglesia románica, heredera del antiguo monasterio de Sant Pere d’Albanyà, que marcó el origen del pueblo. Aunque es sencilla, tiene una fuerza especial y mucho valor histórico. Además, Albanyà presume de tener uno de los cielos más limpios de Cataluña, perfecto para disfrutar de la noche y observar las estrellas como en pocos sitios.