Si te gustan los bosques y la tranquilidad, apunta Les Llosses en tu lista. Este rincón de El Ripollès, cubierto en su mayoría por pinares y robledos, es un paraíso para los aficionados a las setas. En otoño, los suelos húmedos se llenan de sorpresas para los que saben buscar.

Pero aquí no todo es micología. Tienes un montón de caminos para explorar, como la ruta hasta la iglesia románica de Santa Maria de Matamala, siguiendo antiguos senderos de herradura. Y si te animas con una subida, el monte Cornador te espera con unas vistas increíbles sobre los valles de alrededor.

Naturaleza en estado puro, aire fresco y paisajes que invitan a desconectar. Les Llosses es uno de esos lugares que se disfrutan sin prisas, paso a paso.

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